Y a volar

Por fin llegó el días más esperado del año. Desde el año 2003 que no tomo vacaciones como la gente, y es que las circunstancias de la vida ha hecho que vaya saliendo a gotera. Pero bueno, todo eso quedó atrás y hoy me encuentro ordenando mi escritorio para irme tranquilo. Y se viene, lo que yo denomino, el síndrome pre-vacacional. Este síndrome ocurre un día antes de los viajes, empezamos a correr a cambiar la plata, ¿a cuánto está el dolar?, me conviene cambiar dólares o reales?? (no comenté que me voy a Brasil), siempre me hago la misma pregunta y termino recorriendo Agustinas de punta a punta para cambiar los dólares, y cambiando en el mismo lugar de siempre(el primero que visito) y dólares. Este año se suma un factor adicional, la Giuliannita. Primera vez que viajamos tan lejos con ella, entonces hay que preocuparse de todo los detalles, que los juguetes, la lista de remedios que pasó el doctor para los "por si acaso...", la ropa, los baldes, la comida, etc, etc, etc. Pá más remate se le ocurre a los aviones salir taaaaan temprano que tenemos que estar en el aeropuerto a las 5:30 am, puufff con suerte duermo. Bueno pero esa es la chispa de la vacaciones, empezamos cansados y terminamos peor, ejejej.
No tengo nada más listo que los pasajes y los traje de baños, ¿se han dado cuenta que los traje de baños ahora no vienen con la malla interior?? plop!!, jeje, bueno en fin.
Espero que estas vacaciones sean reponedoras.
Todavía me queda mucho camino por delante, tengo que llegar a la casa a ordenar y revisar las cosas que faltan, tratar de dormir algo para mañana volar por fin, nos vemos pronto.