Que comienzo de año!, creo que no recuerdo un mes de Marzo tan movido como el de este año. Definitivamente será un año que no olvidaré o costará mucho olvidar lo que pasó en marzo de 2010. En el post anterior reflexionaba un poco de lo que puede pasar en un par de minutos, y como ésto nos puede cambiar la vida. La semana pasada nuevamente estos par de minutos volvieron a cambiar el curso normal de los acontecimientos. La Lolinha me dio el susto del año, fueron horas eternas, horas en que todo aparenta detenerse, pareciera que el reloj diera 360 click por minutos, pareciera que todo el mundo anduviese en cámara lenta. Minutos vitales, minutos que pueden cambia una vida.
El reloj marcaba las 19:30 cuando la Carol dio su primera alerta, algo normal tal vez pensé, algo normal. ¿Cómo saber si algo es normal?
Es increíble como en ocasiones pensamos que tenemos las cosas controladas, que las variables de la vida están ordenadas y cuantificadas, que todo seguirá tal cual. Tan sólo un par de minutos y estamos entre la vida y la muerte... que fuerte!, y todo cambia, tus prioridades, tus pensamientos, todo pareciera nublarse.
Ya eran las 22:30 y estábamos de urgencia del hospital militar, los doctores corrían, los paramédicos, con la Ju en los brazos poco podía hacer, la impotencia es un sentimiento extraño, creo que es autoreferente, mi cabeza andaba a mil, ¿qué hacía?, ¿a quién llamaba?... IMPOTENCIA tal cual.
Sergei se lleva a la Ju, salimos con la Carol a la alemana y ya eran las 3:00 am. llega mi abau (mauri), el doctor indica que la operación es inminente. OPERACIÓN???, en ese momento pareciera que la reunión de apoderados del pobre pollo en que había estado hace un par de horas, había sido hace meses. Que frialdad de la Carol, ni se arrugó cuando le dijeron operación, aunque sus ojos mostraban temor, no lo demostraba y una vez más en su vida con firmeza le dijo al doc que hiciera lo que tuviese que hacer!, que fuerte.
Eran las 3 con treinta, qué curioso pareciera que fuera la hora en que ocurren las cosas. Tres con treinta, la hora en que entra a pabellón y la espera se hace interminabe, llegó el Rodri y con el Mauri tratábamos de convesar para pasar el rato, mi mente estaba a varios metros de ahí.
Ha pasado una semana, y gracias a Dios la Lolinha está en casa nuevamente ¿diagnóstico? indetermindado... solución?, la mano de Dios. Es curioso escuchar al doctor decir "pareciera que cuando habrimos para operar, ya hubiese había alguien que antes acomodó todo".
Quiero aprovechar de agradecer a todos por los llamadas, preocupacíones, oraciones... y un tremendo agradecimiento a mis amigos, realmente son como hermanos en tiempo de angustia. Gracias Sergei, que no dudaste en cuidar a la Ju, Gracias mi abau por estar siempre ahí, preocupándote incluso de mi guata!, gracias Rodri por llegar también. Gracias Dios por tus cuidados!
Ahora que cumplo un nuevo año miro hacia atrás y solo espero que las tres con treinta no vuelva de nuevo a marcar un hecho preocupante.