viernes, 19 de noviembre de 2010

Adiós a la negra

Creo que esto amerita escribir. Hace tiempo no lo hago, mil razones y una más, la vida rueda y el tiempo nos pasa por encima, pero no puedo dejar pasar este momento y darle el merecido adiós a una compañera.
El lunes pasó a otras manos, como dijo Neruda, de otro será de otro, pero la agonía ya había empezado unos meses atrás. Era la crónica de una muerte anunciada, pero muerte?, tal vez eso es muy fuerte, creo que las cosas no mueren cuando las recordamos, y creo que a esta negra la recordaremos siempre.

Se caracterizó desde sus comienzos por su fidelidad, su fuerza, su empuje y aguante. Nunca se quejó, nunca nos dijo No, nunca arrugó por más carga y desafíos que le poníamos. Siempre respondió sin decir nada, silente.

Nos apoyó en todas las tonteras que se nos ocurrieron, cargó sobre sus hombros las cosas más increíbles. Pensándolo bien era un tanto milagrosa... cuando pensábamos que no lo lograría siempre nos sorprendía. Cómo no recordar (léase con voz de Julio Martinez) todos los viajes a Licantén, el cambio de Rata Touille (ahí si que nos sorprendió).

Se va la negra, eso es verdad y se va en ella muchos recuerdos, muchas palabras, sabe de muchas de nuestras alegrías, muchas de nuestras tristezas, y por qué no decirlo también de nuestras frustraciones e incomprensiones también. No importaba la hora, nos abría sus puertas con el Mali para tener una reunión, una buena conversa o simplemente para hacernos olvidar los tragos amargos con su entretenida música.

Galmesneta la llamamos de cariño, pues para eso llegó, para dar soporte a la banda que manejábamos, Galmesneta cumplió su propósito y con creces. Esta semana se cierra un ciclo, se fue la Galmesneta y con ello todo lo que he hablado. Muchos la recordaran como una simple camioneta, pero en nuestra memoria siempre estará la nuestra querida Galmesneta. Adiós!