lunes, 15 de marzo de 2010

Sólo 3 minutos para regresar

Creo que es tiempo de retomar mi espacio, hay ocasiones en que necesitamos que nuestra vida se mueva para volver a lo nuestro. No me refiero a moverse en el aspecto físico, que harto hemos tenido en estas últimas semanas, sino que un movimiento interior, que nos haga darnos cuenta de lo pequeño, y vulnerables que somos, que nos haga darnos cuenta que somos iguales y no tenemos diferencias al momento de expresar nuestros sentimientos frente a lo desconocido. El 27 de febrero pasado fue un dia que a los chilenos no se nos olvidará nunca, y durante 3 minutos aproximadamente todos fuimos iguales, con sentimienos que se intersectan en el temor e insertidumbre frente a lo incontrolable. La televisión se ha llenado de imágenes que tratan de mostrar la devastación dejada por el terremoto y maremoto, imágenes impactantes, pero que a la distancia hacen que muchas personas estén indeferentes a la situación.
Insitintivamente tratamos de asegurar nuestro entorno, saber de nuestros seres querido, el celuar pasó a ser una extención de mi mano. Gracias a Dios no tengo que lamentar desgracias familiares y de amistades. Fueron muchas casas y lugares que cayeron, muchas esperanzas y sueños destruídos, sin embargo al saber de que en una zona apartada de nuestro país, y de cuya existencia hasta 3 años atrás no estaba en mi conciencia, había caído una iglesia, hizo que una serie de preguntas inundaran mi cabeza, la tristeza e impotencia es indescriptible. La iglesia de Licantén no había recistido el embate del terremoto. Sólo 3 minutos bastaro para derrumbar años de esfuerzo, sacrificio y amor que estaba en cada rincón de ese edificio.
El fin de semana pasado fue especial, extraño, sentimental y lleno de emociones. Visitamos Licantén, visitamos a nuestra familia. La desesperanza del paisaje es opacada al ver la esperanza y fe en sus corazones. Visitamos también Iloca, en otra hora balneario orgullo de su zona, en donde hoy sólo quedan recuerdos, los cuales no están en su lugar sino en la mente de los habitantes y personas que la conocimos. Es imposible transmitir con palabras lo que vimos y que ni siquiera las imágenes son capaz de proyectar.
Tan sólo 3 minutos... ¿es posible que existan personas indolentes frente a esta situación?, lamentablemente la respuesta es afirmativa.
La reconstrucción tomará mucho tiempo, tiempo que no tienen para esperar las familias que hoy duermen a la interperie, en donde casas de tela pasan a ser su refugio más preciado.
Quiero dedicar este post a todas las familias que hoy sufren y lloran a sus seres queridos, a sus casas, a sus sueños, a su fuente laborarl... a todos aquellos que tienen el temple y la fuerza para levantarse frente a la adversidad presentada. Y en especial a la familia Galmes Lillo. Mi corazón está en Licantén, y no quedará tranquilo hasta ver la tranquilidad en la iglesia y casa familiar.
Sólo 3 minutos...minutos eternos.
Acá les dejo una foto que tomamos el fin de semana en lo que era la iglsia de Licantén.
Fuerza Licantén!!

6 comentarios:

LOLINHA dijo...

Tienes razon, momentos de impotencia es lo que estamos viviendo, pero lo que me anima y me motiva es que tenemos un Dios Fuerte, Poderoso y Fiel, sé que El es dueño y Señor de todo lo que nos rodea y en El deposito todas mis espectativas y angustias!!!!!!
A la Familia Galmes Lillo les dedico todo mi corazon y apoyo, por que ellos son parte de nosotros, somos un solo cuerpo en Cristo y una sola familia.... FUERZA, FE Y ESPERANZA PARA LICANTEN!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Efectivamente en 3 minutos puedes sentir muchas cosas. Puedes llorar, desesperarte, orar y arrepentirte de todos tus pecados, pensar en el presente y en el futuro, pensar en tu familia y amigos, en la vida y en la muerte y en muchas otras cosas...en 3 minutos!..que triste que hay "hermanos" e "iglesias" que no sientan el dolor de nuestra gente y sigan la vida como que AQUI NO HA PASADO NADA, es mejor no estar en esas iglesias..por eso el mundo nos nos cree...por culpa de esos "hermanos" que se creen cristianos pero no son más de lo mismo. Me quedo con lo que hemos hecho y con la sonrisa de mi gente en Licantén. LOS QUIERO!!! Fuerza Licantén!!...Ange, Mali y Vicente

Rodrigo Saint-Jean dijo...

1 Nuestro Dios es como un castillo
que nos brinda protección.
Dios siempre nos ayuda
cuando estamos en problemas.
2-3 Aunque tiemble la tierra
y se hundan las montañas
hasta el fondo del mar;
aunque se levanten grandes olas
y sacudan los cerros con violencia,
¡no tendremos miedo!
4 Un río alegra a los que viven
en la ciudad de Dios;
sus arroyos llenan de alegría
el templo del Dios altísimo.
Salmo 46

Bien Mali... me siento cansado del fin de semana pasado, pero feliz! Dios quiere que estemos allí "donde las papas queman" - y estoy seguro que para esto somos cristianos, para que en las crisis actuemos. Indolentes... palabra fea y triste...

Anónimo dijo...

Gracias mi Dios por todo lo que nos has dado, nos estás dando y nos darás, gracias mi Dios por todos tus hijos que has utilizado dejando todo hasta sus familias, sin pensar en lo que puede venir solamente han pensado en la misión que tu les has dado ir y en entregar un poco de amor; solamente Dios tiene la respuesta para que todo lo que ha pasado, solo tenemos que detenernos en creerle que El es un Dios de Amor y de misericordia y que pronto dará una salida a todas las familias que aún están sufriendo con esta situación, Enviamos fuerza y mucha fe en especial a ésta hermosa familia de Licantën, familia Galmes Lillo, un abrazo grande en el Señor, estamos orando mucho por Uds. Verónica y Walter Montenegro.

jane saint-jean dijo...

Que les puedo decir?? Que , antes de todo, la única palabra que pensé al enterarme del hecho, fue : GRACIAS !!
Gracias al Señor, que fue solamente el templo que caió,y no la FÉ, la CONFIANZA o la FUERZA de la gente de Licantén...
Y es en la FÉ, en la CONFIANZA y en la FUERZA de usteds que cuento para que el trabajo que tienen por adelante sea liviano,pues el SEÑOR POR CIERTO SE ENCARGARÁ QUE ASÍ SEA... Un beso a las chicas y un fuerte abrazo a toda la família
Jane.

Unknown dijo...

Muy cierto lo que escribiste.
La verdad que en esos 3 minutos, tuve terror de lo que pudiese pasar, pero es ahora cuando me doy cuenta , de lo equivocada que estuve, ya que existe un Dios que nos protege y nos acompaña en todo momento.
Esta muy linda la foto que se sacaron en Licantén, ya que representa una familia unida por Cristo.
Les enviamos un fuerte abrazo a toda la familia Galmes Lillo.
Lole y Sergio.